sábado, 1 de marzo de 2008

Geraldine brilló en la Gala

Mario Alonso
Las Palmas de Gran Canaria

Cuando el público admitía la derrota, ya al borde del KO, sonó la campana. El sopor anterior fue sustituido por una sonrisa de oreja a oreja gracias a una sensacional actriz, cómica, cuentacuentos. Llámenla como les parezca. Ayer fue la campana salvadora. Geraldine Chaplin se llevó ayer un pequeño trozo del corazón de cada uno de los que asistieron a su corto pero brillante discurso en el momento en el que recogía la Lady Harimaguada de Honor del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Sin más dilación, aquí va su historia que, independientemente de que sea verdad o una leyenda urbana, es preciosa (perdonen que no haya puntos y aparte. Lo merece). Dijo Geraldine (más o menos): «Voy a contar una historia. Cuando yo era pequeña, hace más de 50 años, estudiaba en un colegio de Suiza. Éramos 15 niñas en clase y todas teníamos la misma obsesión: los chicos. En el recreo especulábamos con el chico con el que nos casaríamos y despojábamos a una flor de sus pétalos para adivinar la profesión de nuestro futuro marido: será médico, abogado, ingeniero, inspector de hacienda... Es que era un colegio pijo. Un día, nos pinchamos el dedo con un alfiler, cogimos un mapamundi (se refería a un globo terráqueo) y le dimos tres vueltas, y poníamos el dedo con sangre encima del globo. El lugar señalado sería el elegido para nuestra luna de miel. 14 niñas cayeron al agua, aunque se inventaron luego un crucero. Pero mi dedo cayó sobre la isla de Gran Canaria. Yo no sabía ni que existían estas islas, así que me fui a los libros de geografía y aprendí que estas islas eran las cumbres de la antigua Atlántida, que sus habitantes, los guanches, eran altos y de ojos azules. Unos decían que venían de Egipto, otros Marruecos o Escandinavia. Me hice una erudita. Pero nunca me casé, hasta hace dos años. Pero no hubo luna de miel, teníamos la casa llena de hijos y nietos y otros animales. Hoy, en esta fecha tan extraña, este 29 de febrero y poco común, mi marido y yo estamos pasando una entrañable luna de miel en las cumbres de la Atlántida». Sublime, ¿a qué sí?

Cortos en rosa

Alfombra ¡azul!

Sorprende que la anterior corporación, del PP, utilizara alfombra roja y que la actual, del PSOE, optara por la azul (sólo la faltaban las gaviotas y el careto de Mariano). Hasta la propia Pepa (Luzardo) se confesó «encantada» con el azul pepero.

¡Vaya pibón!

Guapas iban todas. Silvia Marsó, Isabel Prinz (guapísima), Assumpta Serna, Natalia Verbeke (delicatessen)... Pero lo de Marta Torné es un escándalo. Llegó acompañada de Antonio Garde, director general de N/S N/C del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Y deslumbró con su cinturita de avispa, esos ojazos, esa cara de buena persona. ¡Madre del amor hermoso!

Pasarela B.

Ayer, los famosos pasaban por una especie de escenario con fondo de los que ahora llaman photocall (panel que más bien parecía una hilera de baños químicos) y los menos famosos, por la escalera de toda la vida, que estuvo mucho más novelera e igual de glamourosa. Por ella desfiló la creme de la creme de nuestra jet society, entre ellos el genial Pepe Dámaso, que dijo que él no iba por la pasarela VIP por que «no lo pone en errr sobre».

¡Homologación ya!

El año pasado fueron los bomberos los que intentaron sabotear el acto (salieron en pañales de una limusina) y en esta ocasión, las reivindicaciones llegaron del lado de los profesionales de la enseñanza, que se explayaron con pitos y gritos de ¡fuera fuera! cuando Milagros Luis Brito (muy elegante ella) posó en la pasarela. Cosas del cargo.

Geraldine Chaplin, Lady Harimaguada de Honor
(Foto: Fernado Ojeda)


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